Hugo Diaz

Una lagrima en la lluvia

Esto no debería empezar así,no debería empezar desvelando el final al principio de esta carta,pero debo hacerlo.

Sé que en las cartas de este estilo se comienza agradeciendo a la gente de tu vida y tal...pero yo no voy a hacerlo,dejo este mundo y lo quiero hacer de la manera más breve posible. Sí, esto es una carta de suicidio y quiero agradecer a quien la lea dentro de mucho tiempo que me recuerde aunque no me conozca.

Pero no me marcharé sin explicar los motivos por los que abandonó esta vida y como ya he dicho, intentaré ser lo más breve posible…

Estábamos en pleno año 1935 y estallaba la guerra entre Francia y Alemania por el control de las riquezas y de las armas, mi mujer y yo éramos dos afamados espías y recuperadores privados al servicio del mejor postor. Éramos un equipo completamente eficaz, completando con éxito nada menos que 73 misiones con éxito, participando activamente en la guerra entre España y Portugal. Nuestra función era sencilla, mientras los países desplegaban todo su arsenal armamentístico, nosotros nos infiltrábamos y recuperábamos aquello por lo que los países tanto peleaban, las riquezas.

Esa vida ya había acabado con nosotros desde hace 5 años en los que, tanto mi mujer como yo, habíamos decidido retirarnos a una vida mejor. Gracias al dinero que ganamos durante esos años pudimos comprar una casa en el lago Paul, decorarla de una manera preciosa (aunque de esto se encargó ella dado que tenia un gusto excelente para la decoración) pero, a pesar de la retirada, no todo era tan bonito. Después de nuestra retirada, nos prohibieron tener contacto con cualquier persona que pudiera descubrir nuestro secreto, así que, no teníamos amigos y eso hacía un poco monótona nuestra vida pero yo tenia la pesca en el lago, mi mujer los largos paseos por esas frías y  preciosas montañas  y el gran amor del uno por el otro. Pero nuestro principal problema siempre fue el no tener hijos, debido a nuestro trabajo nunca nos propusimos tener hijos y siempre intentamos evitar esa conversación tan incómoda pero en aquella casa del lago, habían muchos momentos de tristeza y ganas de tener por allí a un hijo al que poder cuidar y dar amor.

Mientras la guerra entre ambos países era feroz, yo me dedicaba a pescar en el lago viviendo momentos de mucha paz. Vi a lo lejos a un hombre que se dirigía hacia nuestra casa, iba muy bien trajeado,con un maletín de cuero y unos zapatos italianos muy caros, no era un cualquiera. Se acercó a la puerta y justo antes de llamar, llegue y le dije que era el dueño de la casa y me dijo, muy serio, que necesitaba pasar ,yo le deje pasar cortésmente. Se sentó en el sofá y requirió la presencia tanto mía como de mi mujer , nos sentamos ambos en el otro sofá y comenzamos a escuchar lo que ese hombre nos tenía que decir...Era un representante del gobierno francés que solicitaba nuestros servicios para recuperar la joya que los alemanes le habían robado,un diamante perfecto,el único en el mundo y con el que Francia conseguía toda su financiación debido a su incalculable valor. Nos negamos la primera vez pero nos ofreció una cifra de dinero bastante alta por nuestros servicios, nos miramos mi mujer y yo y ambos vimos las ganas del otro de romper la monotonía y volver a sentir la adrenalina y dijimos que sí, pocas horas después estábamos en un avión que se dirigía a Francia,directo al corazón de la guerra donde millones de personas habían perdido la vida en el fuego cruzado entre ambos ejércitos. En el avión, mi mujer y yo nos mirábamos constantemente sonriendonos,fruto del claro nerviosismo que se apoderaba de nosotros, a pesar de ser todos unos veteranos en esta función,estábamos tan nerviosos como la primera vez, pero no había tiempo a la relajación, debíamos cambiarnos para comenzar la misión nada mas aterrizar. Nuestra tapadera sería una ONG de ayuda a los heridos ,tendríamos un piso franco en las afueras para no tener peligro donde deberíamos comenzar! a plane ar la recuperación, así que, hacia allí nos dirigimos. Cuando nos bajamos del avión pude ver con mis propios ojos una imagen que jamás podré olvidar, el aeropuerto era un basurero de cadáveres y moribundos, los acumulaban allí y las familias desoladas se agolpaban a sus puertas con gritos desgarradores y lágrimas que podrían llenar todo un océano pero en nuestras misiones no podíamos tener sentimientos que nos despistaran del objetivo.

Subimos en un coche privado que nos esperaba y de camino al piso franco pudimos ver todo el horror de la guerra, soldados matando sin piedad a civiles,gritos,disparos,muertes y más muertes ,¿que iban a ganar con tantas muertes? ¿y lo que ganaran iba a valer lo mismo que una vida perdida?

Llegamos al piso franco,donde nada más entrar,encontramos el dossier de la misión como bien nos indicó el representante pero antes de abrirlo fui un momento al baño a lavarme la cara con agua fría para despejarme mientras mi mujer se terminaba de arreglar en la habitación, salí del baño a ojear el dosier cuando sentí una suave brisa que me recorría la espalda, me di la vuelta y vi que la puerta no estaba del todo cerrada, el dossier también estaba en una posición ligeramente diferente, y en el picaporte de la puerta había huellas de una mano sensiblemente mayor a la mía, pregunté a mi mujer y me dijo que ella no había visto ni escuchado nada, observe el dossier y vi que estaban todos los documentos por lo que no le di mayor importancia a lo ocurrido.

El objetivo era un espía español como nosotros pero que trabajaba para los alemanes teníamos que encontrarlo y sacarle toda la información que tuviera de la manera que fuera. Cuando vi su foto en el dosier...había algo en el que me resultaba familiar pero a la vez muy extraño, seguí leyendo y lo describían como rápido,astuto y extremadamente inteligente,su nombre, Roberto Drigon Gonzalez.

Llegó la hora de sufrir el miedo en nuestra propia piel,teníamos que adentrarnos en el campo de batalla para pasar a territorio alemán donde cualquier paso en falso significaria nuestra muerte...o ni siquiera necesitariamos dar ese paso en falso para morir,nos bastaría con una bala perdida…pero el trabajo comenzaba.

El coche nos dejó en plena guerra donde raudos tuvimos que escondernos detrás de las pocas paredes que quedaban enteras para idear el paso entre las líneas de fuego,debíamos pasar una calle donde a cada lado había 3 o 4 hombres de cada bando disparandose prácticamente al unísono y esa era nuestra oportunidad. Con un par golpes de oído puede deducir cuánto tiempo tardaban en cargar armas y volver a disparar,aproximadamente unos 5 segundos. Mi mujer y yo no nos dijimos nada,debía pasar uno y después el otro,ella se ofreció y tan solo nos dimos un beso sin saber si iba a ser el último...se escuchó el último disparo y ella corrió cuando a mitad del camino una bala la alcanzó su tobillo,ella cayó,se dio la vuelta y me miró justo antes de que se volvieran a escuchar todos los disparos y yo la viera caer. Me agache unos instantes debido al shock y cuando me volví a levantar ,entre el polvo de la tierra y el humo de las balas,pude ver una sombra que arrastraba hacia el otro lado de la calle el cadáver de mi mujer,sin duda era un hombre y sin pensar ni por un segundo en las balas comencé a correr,no podía perder también su cadáver. Consegui llegar al otro lado y no pude dar credito a lo que mis ojos veían, era nuestro objetivo, el espía español había sacado del fuego cruzado el cuerpo de mi mujer ,tenia su mano colocada sobre la única herida que tenía mi mujer,en el pecho.

No sabia que hacer,lo tenía delante mia,fácil,sencillo y lo que más me sorprendió,vulnerable, parecía no importarle nada más que la herida. Cuando levanto la vista y me miró, me dijo que cogiera el cadáver, que lo íbamos a llevar a su casa para darle un entierro digno, en ese momento ni siquiera era capaz de mover un músculo,esas palabras me bloquearon, pero me pareció una idea muy buena y muy justa.

Llevamos el cuerpo apenas dos calles más hasta que llegamos a su casa,subimos y la dejamos encima de la cama, cuando pude incorporarme y verla...tan guapa,estaba en una posición angelical,nunca la había visto desprendiendo tanta paz y no pude hacer otra cosa que romper a llorar. Me senté en la mesa sin saber que hacer,la había perdido para siempre, cuando levanté la vista,estaba sentado en frente mía y me puso delante una taza de chocolate caliente, que la verdad que tenia un olor impresionante, me dijo un simple no,pregunte qué a qué se refería y me dijo que no llorara,que tan solo había muerto pero que todavía no la había perdido para siempre. No entendi nada de eso pero no tenía fuerzas para preguntarle y me marché a dormir.

Al día siguiente fuimos a un cementerio cercano que todavía se conservaba intacto,la enterramos en uno de esos nichos,rapido,sentido y sin florituras. Al salir del cementerio no supe qué hacer,si cogerlo o si darle las gracias y justo en ese momento el saco un papel del bolsillo,llevaba apuntado la dirección de una vieja nave industrial, al preguntarle me dijo que allí estaba todo el armamento alemán, que él ya no tenía nada que perder y que solo le quedaba una cosa por ganar,su vida. En ese momento comprendí que ningún trabajo está por delante de ningún sentimiento,que siempre tienes que tener algo por lo que llorar o sonreir. Tuve que preguntarle que porque me resultaba familiar y el me dio una respuesta que me dejó completamente roto, me dijo que me resultaba familiar porque era como de la familia y en ese momento desapareció.

Mi trabajo debía continuar aunque no podía dejar de darle vueltas a la situación. Llegue a la nave,era gigante y cuando entre….estaba vacía. Fui caminando con la cabeza agachada,cuando en el pilar central de esa inmensa nave encontré una nota que decía: “Eres uno de los mejores recuperadores del mundo y la única joya de verdadero valor que has tenido en tu vida la has perdido”. Esa nota me hizo mucho daño,supuse que estaba hecha para eso y que me había engañado.

Sin saber ni como ni porque acabe volviendo al cementerio,necesitaba decirle a mi mujer lo que la quería ¿pero a quién vamos a engañar? solo le estaba hablando a un trozo de mármol, pero sí que necesitaba ver su foto, aunque el ramo de flores que le pusimos ocupaba prácticamente toda la lápida así que las quite pero cuando levanté la vista, vi algo muy raro en la fecha de la muerte,solo había una fecha y era la del 23/2/1910, pero no entendía lo que significaba así que me senté y eche una mirada al pasado para recordar que tenía de especial ese dia. Nada,solo recordaba que yo estaba en el colegio jugando con mi mejor amigo de la infancia,maquinando astutos planes de huida para que no nos pillaran, intentando lo dos conquistar a la chica guapa de la clase que mas tarde seria mi mujer y mi compañera, hasta que recordé que ese dia nos castigaron duramente por colarnos en un cementerio de animales,abrir una tumba de un conejo y descubrir posteriormente que solo fue una broma de los de segundo curso ya que dentro del ataúd sólo había una nota y nosotros nos llevamos un buen castigo...y en ese momento comencé a comprender, me dirigí rápido a abrir la tumba de mi mujer y cuando la abrí llegó mi sorpresa, estaba vacía y dentro había una otra nota que decía: “siempre te has centrado tanto en tu trabajo que nunca has sabido mirar más allá. Por una lagrima en lluvia.”

Lo entendí todo,solo era cuestión de echar la vista 25 hacia atrás, mi mejor amigo del colegio y yo éramos extremadamente inteligentes y un dia en una hoja ideamos ese plan perfecto de huida, consistia en aprovechar cualquier escandalo mayusculo para huir así nuestra huida no sería más que algo pequeño, algo en lo que nadie se fijaria, algo como una lágrima en la lluvia, seria solo esa lágrima que caería al suelo en medio de millones de gotas de agua.

Volví raudo al lugar donde asesinaron a mi mujer y en ese lugar tambien lo entendi todo,¿como pude no fijarme? en el medio de la calle no había sangre que debería haber salido después del disparo,me acerque al otro lado y me di cuenta de que la supuesta sangre estaba justo alrededor de su silueta y no por detrás, un disparo en el pecho hubiera hecho desangrarse en pocos segundos y por todas partes por lo que me dio a pensar que yo nunca vi su herida del pecho, solo vi la mano de Roberto en su pecho por lo que me hizo pensar que era algún tipo de pintura roja disuelta con agua y unas cosas me llevaban a las otras,todo enlazaba cuando entendí que solo un genio como él podía hacerlo,¿ de qué genio hablo?. De ese que me dejó su huella más usada conmigo sin que yo me enterara, solo alguien a quien le conté mis planes y los idee con el, solo alguien con quien peleará por la chica más guapa de clase que siempre lo miro a él,alguien que hace 24 años que no veo, alguien que siempre dejaba escrito su nombre en otro nombre como seña de identidad, mi mejor amigo, Roberto Drigon Gonzalez, ¿como no? ,Rodrigo.

¿Y ella?,siempre ella, no puedo describir lo que era para mi esa mujer que me tuvo cautivado 25 años aunque a ella siempre el guapo de la clase. Pero la entiendo,no aguanto la monotonía,ni un esposo como yo…

Lo siento,he dicho que sería breve y debo terminar ya.

Regrese a mi casa en el algo Paul dejándolo todo atrás,todo,ya no tenía nada y como bien he dicho antes,siempre tienes que tener algo que te haga llorar o sonreír y yo no tenía nada de eso. Deje de luchar,cogí una cuerda de las que tenía para atar a los caballos,subí a una silla,hice una soga perfecta,me la até al cuello y con la absoluta tranquilidad de haber fracasado,salte.

Encontré esta carta casi 40 años después,se la leí a mis hijos y a mi mujer.

Si,40 años después estoy felizmente casado con una mujer preciosa que me ha dado una hija muy inteligente y un hijo tremendamente astuto,tengo 4 nietos,una vida perfectamente normal y encontré trabajo de ayuda a personas con problemas de reinserción social.¿Como paso todo si me ahorque?,Siempre he sido muy concienzudo en mis trabajos como bien me reprocharon en la nota del cementerio,tanto que nunca supe mirar mas alla y asi me paso, hice un nudo de la soga perfecto,me esmere tanto en hacerlo perfecto que se me olvido atar en otro extremo de la cuerda al techo asi que lo unico que me paso al saltar fue que me rompí una rodilla, me llevaron al hospital y alli conoci a una estudiante de medicina a la que le fascino mi historia y que hoy es mi mujer.
Como no debía empezar desvelando el final al principio de la carta no lo he hecho,pero seré breve, siempre hay algo por lo que llorar o por lo que sonreir.

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Hugo Diaz.
Publicado en e-Stories.org el 01.10.2016.

 
 

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