Disponiendo de la paz que hay en el silencio del sepulcro
decidió:
No dar importancia a nada ni a su condición de estar así:
Ciego, sordo, mudo, ajeno a la andanzas del vivir; ya nadie
le va decir que es lo que hace ahí...
Es libre... al fin.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Manlio Fabio Jurado Hernández.
Publicado en e-Stories.org el 15.10.2016.
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