Y ya desde que nací fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
En el no ser más hondo me suspendo
Entre fuerzas ocultas me reubico.
En mi fondo la luz se hace camino
Y en mi rostro el camino se hace
eco.
Y ya desde que nací fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
En la noche comparto con ajenas
Mentes de semejantes mi destino
Mas ahora mi ruta se devino
En señal de viandantes sin
fronteras.
Y ya desde que nací fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
Y sin saber ni cómo ni por dónde
Se me coloca encima de una gruta
Que acoge tres humanos muy oculta
Y un tesoro muy preciado esconde.
Y ya desde que nací fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
Mas veo que mi sendero eligen
Como suyo más almas soberanas
De su creer y de su fe sultanas
Que su grandeza y su valor deciden
Y ya desde que nací fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
Veo luz, más no es esa luz mía.
Es luz que tiene mil colores.
Es una luz, es luz más que divina:
La luz que salvará a los hombres.
Y ya desde que naci fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
Es mi destino el ser cobijo y guarda
De ese misterio que mi ser ignora.
Estrella soy por siempre mi Señora.
Estrella de tu luz que así porfía.
Y ya desde que nací fui señalada
Para guiar a la luz de la alborada.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 30.12.2007.
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