Ha de recorrer uno, dos, tres, cinco mundos distintos.
Correr.
Fuego que corre.
Recorre.
Un país.
Un continente, dos, tres. Al norte, al sur, al este, al oeste.
Una huella.
La mano ase la base.
Los dedos con fuerza, asen.
Agarran.
Fuertemente. No la dejarán caer.
No.
¡¡No temas!!
En su urna recorre las aguas, formando ondas, el fuego forma ondas.
Ese fuego hace eses verticales,
eses tumbadas sobre las olas,
las os son barcas que navegan sobre olas de eses,
el fuego sigue su camino en una o sobre eses,
sobre el
OCÉANO.
Pasea en avión.
Rápida.
Corta el aire.
Pasa del primer mundo
al primerísimo mundo,
al segundo mundo.
Al último mundo.
Centroamérica.
Iberoamérica.
Oceanía.
Continúa su viaje y acude a la llamada de aquellos que con minuciosidad
preparan su viaje.
Paz.
Pacífico.
Pekín.
FIN.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 20.04.2008.
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