AL LABRADOR
Tranquilo y sin prisa,
humilde y trabajador,
de sus campos regresa
el fatigado labrador.
Pobre y mal vestido,
sin más futuro ni riqueza
que el estar sometido
a la más sublime pobreza.
Trabajo el suyo,
duro y pesado,
de larga jornada;
y a cambio...
¿que ha ganado?.
Poco; a veces, nada.
© Rafa Rodrigo
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Rafael Rodrigo Domenech.
Publicado en e-Stories.org el 05.09.2008.
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