Maria Teresa Aláez García

SUEÑOS FALSOS

SUEÑOS FALSOS.

I

Desperté.

No te vi y sentí silencio.

No te encontré y sentí tristeza.

No había rastro de ti por ningún sitio.

Solo oscuridad.

Frío.

Caminé en busca de tu luz.

Tropecé en lo absurdo de una dependencia

de ti.

Caí al abismo.

Me golpeé.

Acabé de morir.

Y desperté.

Y no te vi.

 

II

Lo peor es despertar.

Ir mirando hacia atrás

y ver los desastres producidos por el sueño

sin haber tenido conciencia de las muertes provocadas.

Lo peor es ir durmiendo y despertando

sucesivamente

y hacerse responsable de las mentiras contadas

de los estados fingidos

de las vidas perdidas

de los actos omitidos.

de las palabras asesinas.

de la lengua de doble filo.

 

Lo peor es ir viendo los desastres de la vida

que podían haberse evitado

y que el sueño ha impedido solucionar.

 

El sueño de los traumas y frustraciones.

El sueño de las mentiras sociales.

El sueño de los fracasos y las expectativas.

El sueño del bagaje familiar.

El sueño de las religiones y filosofías.

El sueño del amor y las emociones.

El Gran Sueño de las Grandes mentiras.

 

Y lo peor es haber despertado.

y haberse dado cuenta

de que se ha  formado parte del motor que ha forjado en otros

los mismos sueños.

 

III

Damos pena.

Cuando nos reímos de los demás.

Damos pena.

Cuando nos desocupamos en inutilidades.

Damos pena.

Cuando pretendemos ser lo que no somos.

Damos pena.

Cuando despertamos de un sueño para meternos en otro

igual de patético.

Damos pena.

Cuando insistimos en seguir dormidos en nuestras necedades.

Damos pena.

Cuando aspiramos a tener cosas

y a ser como personas

que morirán como nosotros

damos pena.

Estas letras

son patéticas.

Doy pena.

Soy un ser amorfo dormido en mí mismo.

 

IV

Despierto de un sueño infausto y trepidante.

Estoy en otro que me causa inquina.

Duermo

y despierto de nuevo en otro sueño infeliz

que me lleva al primero.

Duermo de nuevo

Despierto dentro de otra capa de sueño

que me causa doble pesar o triple

por la malicia de los primeros sueños

y vuelvo a dormir.

Despierto en la confluencia de los anteriores sueños

introducidos en otro que no deja de ser un parche recosido

de sueños anteriores.

Harapos de pesadilla sucios de mortuorias cenizas.

Cuerpos perdidos que no son nada y fueron algo

por causa de mi interés y mi curiosidad en ellos.

Al irse mi atención

murieron.

Soy yo la que tiene el poder sobre mí y sobre ellos.

Si sueño yo, muero yo.

Si sueñan ellos…

Si son sueño…

Andrajos sucios de deseos amargados y no correspondidos.

Cáscaras de cebolla podridas

hongos purulentos sin nada que hacer.

Nada que hacer.

Nada.

Sueños… virulentos.

 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 26.10.2008.

 
 

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