"Por una más no pasa nada". Solían decir aquellos que ella consideraba sus amigos, unos seres, antes respetables miembros de la sociedad, que cayeron inevitablemente en esa espiral de vicio y dolor que la gente llamaba drogas. "Por una más...". Todo empezó en la fiesta de fin de curso; un gran evento donde todos podían conseguir alcohol gratis y donde las relaciones entre los allí presentes podían pasar de amistad a un corto romance de media hora en menos que canta un gallo. Ella estaba allí, hablando con ese chico que tanto le gustab desde hacía tanto tiempo. Fue una conversción fugaz y bastant desanimada pues el chaval estaba nevioso y miraba a la puerta del recinto constanemente. Al llegar otro chico con aspecto celestial, pantalones negros, una pulcra camisa blanca, unos zapatos también blancos, muy bien peinado y con una bella sonrisa en la cara, él se animó bastante y fue a hablar con el recién llegado. Al rato el chico volvió con una bolsita e invitó a ella apartarse del grupo para estar más tranquilos los dos.
"Por una más...". Él había tomado cocaína y ella se asustaba cada vez más. Estaban en los servicios del local.
-¿Quieres una rayita?- Preguntó él con una sonrisa cómplice en los labios.
-No....lo siento yo no tomo drogas- Contestó ella aterrada por la idea de consumir ese polvito blanco.
-Tranquila, preciosa, por una no pasa nada- Dijo él entre risitas.
Ella hizo caso dócilmente en un intento de acercarse a ese chico que tanto le gustaba. Fue algo inolvidable y extraño, la droga le hizo sentir sensaciones extrañas que no había experimentado hasta entonces. Cuando se quiso dar cuenta, estaba en la cama con un intenso dolor en el vientre y con aquel chico encima de ella, sudoroso y jadeante, no había usado condón y ella sintió su peor pesadilla en su interior.
Desde ese día ella acude todas las tardes a una vieja y destartalada casa donde toman cocaína sin parar. "Por una más...".
-Por una más no pasa nada, tomate otra rayita, que le vendrá bien al bebé.
-De acuerdo- Decía ella con timidez, ya no tenía alegría, estaba embarazada, sus padres la odiaban y era cocainómana. Su feliz existencia se había truncado por la voluntad del polvo blanco que aora era parte de su vida. No tenía fuerzas, pronto morirá, su luz se apaga y lo peor de todo es que también se apaga la del niño que lleva en sus entrañas. Todo está perdido.
"Por una más...."
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Fran Escudero Redondo.
Publicado en e-Stories.org el 22.08.2009.
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