Maria Teresa Aláez García

El defectillo.

Tiene veintinueve o treinta años. Su pelo es normal, castaño, tirando, quizás, a oscuro. Su voz es dulce. Habla con tranquilidad, con serenidad. Escucha atentamente a las personas con las cuales conversa. Reflexiona y después responde. No se le ve un mal gesto, un rechazo o una mala consideración. Tiene en su cara un viso muy amable y sincero. Anima a las personas con las que va a trabajar, a luchar, a estudiar. Sabe reconocer la valía de cada cual y es difícil sentirse incomodo a su lado. Más bien al contrario, se tiende a seguir el camino con ella, a escucharla, a seguir compartiendo. No pudo acabar su carrera pero se plantea hacerlo. Y no pudo porque al acabar el instituto y comenzarla, tras sacarse el carnet, le salio un buen trabajo y debió aparcar los libros. Ahora tiene un contrato indefinido. Se compro su propio coche y se paga ella sola su propia hipoteca. Ha liberado a sus padres de su carga y si es necesario, trabaja en dos cosas para poder seguir viviendo. Tiene buen gusto en el vestir. No es ostentosa y usa colores neutros y más bien delicados. Todos los días del verano acude a nadar y en el invierno camina al menos una o dos horas. No tiene vicios y se cuida delicadamente. Tiene la confianza de sus jefes en el trabajo y debido a su dedicación, la seguridad de que no lo va a perder. A pesar de la crisis. Ahora se ha planteado volver a estudiar cierto número de asignaturas. Cuando empezó la carrera y curso la otra parte, se gano también la confianza y aprecio de los profesores que la llamaron para acudir a lugares donde poder realizar distintos trabajos afines a su carrera y esperan a que acabe para darle un apoyo y ayudarle a opositar aunque ella no quiere perder el trabajo que tiene. Se organiza perfectamente para poder cumplir con estudios, trabajo, su casa y sus ejercicios y su descanso. En dos años, por fin y trabajando, conseguirá su licenciatura. No tiene novio. Pero no le sobran amigos que acuden a ella para pedir ayuda, para conversar pues es una mujer sensata y cariñosa al hablar, meticulosa y cuidadosa en su respuesta y alguien que se ve sinceramente que le interesa lo que esta escuchando. No evita a nadie en su paseo. Pero es una mujer fuerte interiormente, luchadora de manera inteligente, sin impulsos ni chiquilladas, sin gritos ni malintencionada, no cotillea ni se involucra en enredos contra los demás. Se mantiene al margen y sigue haciendo su vida, que bastante le cuesta sacarla adelante. Y a pesar de rodearla tanta gente, de ser divertida y alegre, de ser una mujer trabajadora, confiada, dulce, con unos estudios y su correspondiente reciclaje y un gran futuro, no tiene novio. Tiene un defectillo. Esta gorda.

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 02.09.2009.

 
 

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