Maria Teresa Aláez García

El sol se ha vuelto negro

 

 

El sol se ha vuelto negro.

El sol es una estrella. Como todas las estrellas.

Le llamamos sol como hemos llamado de otro modo a otras cosas.

El sol esta empezando a reflejar lo malo que hacemos, lo negativo que vamos creando, la mascara de crueldad.

Pero el sol es más grande que todos nosotros.

Agarra nuestra negatividad, la diluye en su centro y la devuelve en forma de luz y de calor.

El sol se eclipsa para no ver como destrozamos esta pequeña joya que dejaron a su cuidado. Tanto tiempo ayudando a dar luz, a forjar nuestra rutina, nuestra vida diaria, tanto tiempo ayudando a darnos material para comer, beber, vestir…

El sol puede ayudar a destruir lo negativo. Pero la tierra no puede. La tierra lo único que puede hacer es quejarse, aleatoria  y arbitrariamente, del daño que le hacemos.

Y nos previene del daño que ella nos puede hacer.

Nosotros abrimos un agujero en la capa de ozono. Ella nos envía un tsunami.

Nosotros contaminamos la atmosfera. Ella endurece su corteza para que no puedan crecer los árboles.

Ahora sabe que algo malísimo  ha de pasar. Los ricos buscan otros minerales, vida en otros planetas, para escabullirse y seguir viviendo ellos y los suyos en bienestar mientras que los demás nos quedemos en el lugar que estamos llenando de cieno. Escapismo. Si los ricos se van, ya pueden llevarse peones guapos y bien remunerados, de clase alta, que los atiendan porque o tienen robots que les hagan la faena o se la tendrán que hacer ellos  y la verdad, faena muy sucia. Y quieran o no, llevan genes de todo tipo y si se cruzan entre ellos, tendrán hijos feos o con deficiencias. ¿Qué harán con ellos? ¿Matarlos? Y si no tienen proletariado ni masas de las que abusar: ¿Sobre quien usaran su poder?

 

El sol se ha vuelto negro y se niega a brillar para los inconscientes que seguimos manteniendo mentiras en medio de estadísticas, de ansias de poder y de tener. El sol se oscureció en una ocasión sobre Paris. Esperemos que de repente no se oscurezca para todos sin que nos enteremos y entonces, a ver donde iremos a parar. Ni aun así esta gente se dará cuenta de lo ineficaz e incompetente que es. Ellos si saldrán gritando como cerdos porque toda su riqueza no podrá devolver la vida a la tierra. Puede que durante un tiempo y en prejuicio de todo el planeta.

 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 06.10.2009.

 
 

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