[ 3º canto por la casa de mi nacimiento, la de mis padres,
la de mis abuelos y bisabuelos en Vecilla de
Zamora..España]
... se agrieta, se resiente la casa,
íntimamente se agota,
gime;
quién vendrá a salvarla si todos hemos ido huyendo en busca de armaduras de hierro
frente a horrores y signos de calamidad;
sin embargo, uno advierte que adheridos a las paredes, que por detrás de las puertas
o en el hollín del hogar, hay violines tocando en honor de otro tiempo insigne
y que siguen vivas las piedras, la parra, el horno, el brocal del pozo,
y que también la voz y el aire,
aún, aún;
… es así que, aunque duelan, uno vuelve a las rosas perdidas, a las azucenas que hubo,
a los lirios, a las golondrinas del corazón;
… yo sé que ha habido un rompimiento ciclópeo, infinito:
pero aquí está la casa, aguardando a que pase y pase esta enorme amenaza
o ciclón invicto de la muerte;
“… que se abran las puertas, gritemos libertad y que retornen las rosas”;
oh voz de amor, oh faro o casa/luz, oh sed, don vital, oh casa, casa nuestra.
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Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Antonio Justel Rodriguez.
Publicado en e-Stories.org el 27.05.2010.
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