Juan Carlos González Martín

Perdido en la ciudad

Toe y Ainoa se encuentran en una maraña de racimos de calles y carreteras por la noche, que
parece ser una ciudad. Deberían estar en Amsterdam, pero se están en lo que parece ser
Londres o Madrid. No ven ninguna referencia en la que poderse basar para saber en qué
ciudad están. También puede que sea París.
Son callejuelas solitarias y pequeñas en las que, evidentemente, no se puede diferenciar nada
conocido. Pasan por un callejón y llegan a unas escaleras muy empinadas por las que tienen
que bajar. En el lado derecho no hay barandilla ni ningún tipo de sujeción, por lo que, si
calculan mal, pueden darse una tremenda ostia.
A Toe nunca le han gustado las alturas y es un poco torpe, pero decide ir primero, por eso de la
caballerosidad y esas cosas. Comienza a bajar, y en los primeros escalones resbala y está a
punto de caer por la parte que carece de barandilla. Ainoa le sujeta del brazo y consigue que
mantenga el equilibrio. Durante todo el recorrido le sigue sujetando y Toe va prácticamente
todo el camino con los ojos cerrados. Piensa que si los abre perderá otra vez el equilibrio
debido al vértigo que eso le provocaría.
Una vez pasado ese terrible obstáculo, pasan a lo que parece ser un restaurante. Es muy
oscuro y está decorado un poco al estilo antiguo, como si fuese un antiguo restaurante de la
mafia italiana. En realidad no saben qué clase de restaurante es. No sabe qué clase de comida
preparan, aunque eso les importa una mierda. Ellos solo quieren que les ayuden a salir de esa
oscura ciudad. Pasan por la puerta y justo enfrente, parece haber una habitación con unos tíos
raros. El restaurante no está abierto al público, debido a lo tarde que es, pero como estaba
abierto han entrado a preguntar. Salen los tíos de ese cuarto. Salen unos tres, pero dentro
puede que haya quedado alguno. Toe y Ainoa le preguntan pero ellos no hablan el mismo
idioma y no se enteran de nada. No obstante, intentar atravesar por dentro del restaurante,
pero es grande y tiene muchos pasillos. Se vuelven a perder ahí dentro. Después de dar unas
cuantas vueltas recorriendo los pasillos, Ainoa sube por unas escaleras pero Toe prefiere
seguir a una mujer que se dirige a una puerta. Al acercarse ve que en la puerta hay un cartel
que pone:
“Exit”
Es la salida. Llama a Ainoa y consigue salir de ese siniestro restaurante. Una vez en la calle
creen que saben ya donde se encuentran. Creen que están cerca de una parada de metro
madrileña que está hacia abajo. No están seguros de esto, pero se dirigen hacia allí.

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Juan Carlos González Martín.
Publicado en e-Stories.org el 26.02.2011.

 
 

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