Cada punto del cuerpo
ha plantado su sueño...
Amapolas silvestres
alborean los senderos
de Benfeld como fuego.
Eclipsado moriría
con los ojos abiertos...
Mi cándida mañana
espolea pensamientos
diminutos, traslúcidos.
No me importa volver
- tranquero vagabundo -
al inicio del círculo
volatinero y lírico;
porque mientras avanzo
más intensas concurren
las flores en recuerdos.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Vicente Gómez Quiles.
Publicado en e-Stories.org el 19.06.2011.
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