Vosotros, alzar mi voz
para dejar de oírme...
Me acostumbré a firmar por tu nombre;
también a dormir en tus labios...
Bajo supersticiones inacabadas.
Siendo dos, tan sólo fuimos cuatro
seres bebiendo idéntico vaso;
y en cada noche desmenuzados
entre champán y tibios abrazos,
reíamos porque también llorábamos
del pulso por pequeños remansos.
Sin conocernos, soñábamos idénticos bucles.
Con música se hicieron las manos
como aquel ciato carro estrellado.
Fraguándose eurekas, perspectivas.
Incluso relojes ignorados en las nevadas montañas.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Vicente Gómez Quiles.
Publicado en e-Stories.org el 05.07.2011.
Más de esta categoría "Filosófico" (Poemas en español)
Otras obras de Vicente Gómez Quiles
¿Le ha gustado este artículo? Entonces eche un vistazo a los siguientes: