UNA HABITACIÓN EN EL PARAISO

 
                       
                                   Desde la cristalina membrana de una asombrosa pompa ascendiendo ingrávida el área del baño. Se reflejaba tu hermoso cuerpo desnudo mientras te quitabas aquel albornoz blanco. Frente a mis ojos, estalló la burbuja dejando una explosión de electrizantes luces transformadas en minúsculas gotas de jabón. Tras esa efímera magia mudada, apareciste tú. Iracundamente bella, deseable. Sumergiéndote en esas hinchadas espumas que parecían desbordarse. Un olor de sales impregnaba desde tus piernas invadiendo en suaves fragancias frutales el entorno. Me quité rápidamente la ropa y entré contigo…
                                   Viendo aquella cantidad de papeletas en el interior de la urna.  Después de haber rellenado aquel cupón a la salida del supermercado. No dábamos crédito, cuando nos comunicaron que habíamos obtenido el premio del sorteo. Un fin de semana en un lujoso hotel en Villajoyosa. Esa llamada cambió la mañana soleada y atípica. Un diálogo repleto de emociones y planes nos transportó en inquietante júbilo. Sensaciones difícilmente narrables. Como muchas parejas jóvenes, recién licenciados, buscando trabajo, viviendo cada uno con nuestros respectivos padres. Nos besamos y abrazados, deseábamos que el tiempo corriera más deprisa…
                                    Por fin, llegó el anhelado fin de semana. Arribando a Villajoyosa en pleno verano. Bajo un cielo pletórico de luz. Inmensamente felices. Entramos hasta la recepción del hotel. Por un momento nos creíamos pudientes, asquerosamente millonarios. Recogieron nuestras maletas. Nos acompañaron hasta la habitación. Raquel le dio un euro al botones y yo me eché a reír. Sin pensar me lancé sobre ella y caímos en la espectacular cama doble…
                                   Abriendo el mueble bar nos servimos unas copas. Mirando esos ojos verdes me daba más cuenta que era la mujer de mi vida. Pedimos por teléfono una botella de champan y fresas. Después de amarnos Raquel llenó la bañera…          
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