Oriunda noche.
En ti permaneceré
aunque sea sólo mi deseo quién te galope.
Aborigen nocturnidad de mis noches
que me absorbe innombrables paisajes de la mente.
Subconscientes valles.
Perfilados horizontes inconscientes.
Inextinguible ser de alada negra sombra errante
donde lanzo mis ojos bruscamente
para asomarme y retenerte.
¿Cómo tendré que mirarte
si son mis sueños únicos espejos
para poder reflejarte?
La piedra huye silenciosa en la noche.
¡Borraré estelas que inciten buscarte!
Abandono tu luz de los atardeceres!
¡Del vacilante canto se hace mi sangre!
¡Aprovechad amigos terrenales!
¡Antes de que el tiempo nos olvide!
¡Cuando las horas no recuerden
pasar factura al mar de las inquietudes!
¡No importa lo hecho, lo vivido!
Sólo perdurará en mí
aquello que fuimos dando sin quitarnos.
Amándonos como sustento.
Amándonos por sobrevivir
a nuestra perpetua oscuridad, frívola, ignorante.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Vicente Gómez Quiles.
Publicado en e-Stories.org el 06.04.2012.
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