Por mi recuerdo suena arrolladora
portentosa alabanza valenciana;
un himno que el corazón hiende diana
con versos de fuego y ansia voladora.
Para ofrendar gloria - fallera hora -
se mudan los “nitots” su piel liviana.
¡Divina casualidad y cristiana!
¡Si antes amara tu alma que me ignora!
Al rescatar nuestros besos la amada
tierra tizna con ceniza un conjuro
de nereidas, flor de brillante nada.
A orillas del “mare Nostrum” me apuro
dándome risas, gastar algún euro;
fundirme en tus calles, sutil fachada.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Vicente Gómez Quiles.
Publicado en e-Stories.org el 11.03.2013.
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