Piedras habladoras
Transmiten secretos do peregrinos
[misteriosos
Los grillos cantan
una estridente oda a la luna.
El maíz ronronea
bajo la caricia del viento
que baila, canta
libre del Astro Rey
por el que suspira la hierba.
Las hojas, insomnes
juegan en el aire, viejas y raídas
pero reposarán en el camino.
El agua canta una canción
en la que participan los juncos
y el sauce, a la orilla
triste
Pienso ahora
Que las piedras eran
[tu boca,
los grillos tus caricias
y la luna, tu ojo que otrora me vigilaba.
El maíz eran tus manos,
el viento, tus pies,
el sol nuestra vida oculta.
Yo fui el ancestral camino
que te acogió en su seno,
hoja de otoño.
Cantabas una canción
en la que participaba la noche
y yo, a la orilla
triste.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de José Luis Rodriguez Bravo.
Publicado en e-Stories.org el 19.04.2006.
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