Diana Kappou
Futaleufú
Sobre un suelo rocoso camino hacia el río, dejo que los pies rocen la orilla, aunque el agua se siente fría, me adentro contra la corriente. A la altura de mis rodillas ya puedo sentir su energía, viva y tentadora. Encima mío, la noche cae profunda y silenciosa. Miro al cielo, siento como ese océano de estrellas, oscuro e infinito me invita a ser parte de su inmensidad. Con mis pies, profundos en el lecho del río y los ojos lejanos en el cielo, continúo la marcha hasta que el agua cubre mis pechos, erizándolos con su frescura y lavando las penas que debajo de ellos habitan. Su fuerza, arrastra fuera y lejos de mí los miedos. En ese estado de entrega, desanclo mi cuerpo elevando los pies, al mismo tiempo que cierro los ojos y me dejo llevar por la corriente. Extiendo los brazos lo más lejos que puedo, abro las manos y lo suelto todo. Nada ni nadie puede dañarme y a nadie puedo dañar, he dejado este cuerpo. Ahora soy parte del río que fluye hacia el Yelcho.
Diana Kappou 20/05/2020
(Escrito durante la cuarentena)
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Diana Kappou.
Publicado en e-Stories.org el 22.05.2020.