Enviado: 28/09/2004 11:35 |
Mi ventana está abierta hasta el mismo horizonte.
(Mi hijo decide seguir siendo pequeño. Amaneció hace mucho. El sol, cansado ya, El estio se aploma y se agota el sudor. Es un aperitivo de luz y de calor. En las arenas blancas de luz solar creciente Estos campos son yermos. No tienen un buen trigo El cielo siempre azul. Azul, de luz, intenso. (Una mujer prepara su ropa blanca y limpia El mundo está tranquilo. No es propio de esta hora Es solo un mediodía de un dia de verano. Un mediodía cálido. Es un dia en Levante. (Tengo el yantar al fuego. Mi hijo tiene hambre). |
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 27.09.2006.
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