Recorriendo no pacíficos de los cielos
Señor, no quiero reaparecer
Probar la violencia del amor
Renunciar al santuario de mi alma
Volver a aprender a morir
De siglos en milenio, la vida se perdió
Suspendida a las leyes de la casualidad y deseo
Temo la tiranía de la carne
Señor, un olvido en el caos
Que los almas y los conocimientos suministraron
Sangrar de mi cuerpo, sufrir en mi corazón
Estas pruebas siempre vencedores
Es lo que vivir, si no aprender a morir ser… sin ser cierto.
Largos días, oscuras noches
El alma atormentado, el espíritu moite
El corazón suministrado a las languideces del defecto
Señor, no quiero someterme a la carne ignorar los bordes preciosos
Rogar… para que otro me guste…
Aérea en el mundo de los Santos
¿Va a caer contra estas paredes de ilusión?
¿Es lo que vivir, si no heredar del el peor?
Señor, en una división ardiente
Bendeciría la reclusión y maldeciría mi cuerpo
Es lo que vivir… si no gustar el peor.
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Nadège Ango-Obiang.
Publicado en e-Stories.org el 06.07.2008.
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