Maria Teresa Aláez García

Orilla blanca

Limpiando y reorganizando los archivos de "Mis documentos" he encontrado algunos relatos que no coloqué aquí. Saludos.

 

Dedicado al fin de todos los conflictos bélicos en el planeta.

 

Ya hace muchos años. No tanto como los que tiene la canción pero sí muchos, treinta y cinco más o menos.

 

Era en tiempos de Franco, creo recordar, tiempos que viví sin más penas ni gloria que las que mis padres me daban o las que la vida nos hacía sufrir a todos.

 

En una televisión en blanco y negro, una tarde o tarde noche, puesto que mis hermanos también estaban a mi alrededor, cenábamos sobre la mesa de caoba que mi madre cuidaba con tanto esmero, para que no la marcáramos con la huella de los vasos de agua o de refresco. Todavía no se conocían los posavasos.

 

La cena y la tele colocada. Era lo único que mantenía a mi familia en silencio, desgraciadamente, o afortunadamente, porque cuando se hablaba, la comunicación no solía tener un elevado grado de empatía precisamente.

 

Llevaba puesto mi uniforme. Un uniforme marrón, a recuadritos y una chaqueta azul de lana, con calcetines beige, zapatos marrones y una blusa beige que mi madre me había  cosido. Me sentía a gusto aquel día, así que debía de llevar la que me sentaba bien y no se me levantaba por en medio del escote del uniforme en V, un hecho que me daba muchísima rabia.

 

Y debía de estar acabando los deberes.

 

Mi madre nos llamó la atención sobre la canción. Seguramente ella ya la había escuchado. Pero creo que lo que más ganas tenía era de que viéramos al muchachito que la interpretaba, jovencito, vestido de uniforme como los botones o guardacoches ingleses o italianos, sin gorra, con una zamarra con el cuello muy elevado y los cierres que yo llamaba de Trenca, o botonadura, no recuerdo. La pequeña cabeza sobresalía del enorme cuello, con el pelo casi rapado y las mangas le venían grandes. El pantalón oscuro y los zapatos brillantes y ajustados en las puntas, como los que usaban los militares, similares a los que mi padre lucía cuando se ponía los uniformes de gala.

 

La voz era firme, segura y triste a la vez. Cantaba con pena y con rabia. Se veía un muchacho joven, En su rostro intentaba simular la firmeza de un joven soldado que sabe cumplir con su obligación a la par que la de un niño que se intenta convencer a sí mismo de que todo va a ir bien y de que la pesadilla acabará de un momento a  otro.

 

Mi madre siempre insistía que viéramos a los jóvenes intérpretes, deportistas, famosos, a ver si algo se nos quedaba. A ver si sobresalíamos en algo, a ver si destacábamos, si éramos famosos. Ella había sido modelo de pintores y escultores y cantante, guapa y con buena voz, en un teatro afamado en su ciudad de origen. Se casó con mi padre y acabó su recién empezada carrera. Entonces puso en nosotros sus miras para hacer la vida que ella no había conseguido llevar adelante. Mi abuela, no tuvo las mismas miras y hasta el fin, hubo siempre confrontación.

 

La orilla blanca. Joven, apasionada, nueva. La orilla negra, antigua, oscura, misteriosa, arcana. Quizás por esa representación de la situación familiar, por el ambiente militar que siempre viví, por el rostro del niño, por  aquellos ojos inseguros con cejas arqueadas por la concentración, recuerdo con cariño y con tristeza esta canción que posteriormente interpretaron Iva Zanicchi y, tras tantos otros, Pimpinela.

 

Debe hacer un alto, mi capitán....

 

Iva Zanichi.

http://es.youtube.com/watch?v=NWjZD37rkhM

http://es.youtube.com/watch?v=O5FQgzebV7k

http://es.youtube.com/watch?v=9n2XZkOq0aI

 

Berta Migré

http://es.youtube.com/watch?v=bJyUPOPLOOU

 

Pimpinela.

http://es.youtube.com/watch?v=GQT7p1EnxGs

 

Lidia.

http://es.youtube.com/watch?v=xqXNPxF_JvM&feature=related

 

Bohemios.

http://es.youtube.com/watch?v=308Vn6xm8p4&feature=related

 

Israel Ríos. La blanca orilla.

http://es.youtube.com/watch?v=xqXNPxF_JvM&feature=related

 

 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 08.10.2008.

 
 

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