Maria Teresa Aláez García

La endometriosis

Un mal muy normal conocido entre las mujeres y/o padecido por ellas, aunque parezca mentira, es la endometriosis ovárica. Bueno, la endometriosis en general.

La endometriosis es una enfermedad del tejido que recubre el útero, llamado endometrio. Dicho tejido  recubre el útero para protege este órgano en el embarazo. Debido a causas desconocidas, crece con descontrol y va recubriendo todo lo que encuentra en su camino: órganos, tejidos, venas, huesos, todo. Esto es peligroso para la persona que lo padece – es una enfermedad de mujeres y no sé yo si en la próstata de los hombres, que es una especie de útero sin crecer, se dará algo similar pero lo denominan con otro nombre – puesto que se forman unos quistes de aspecto de crema de chocolate que se quedan adheridos donde pueden o les viene bien y como el tejido endometrial pase a la sangre entonces hay festival con rueda de la fortuna y todo, a ver dónde caerá el quiste. Suele quedarse solamente por la zona del abdomen, aparato reproductor o aparato digestivo – intestino delgado, grueso, etc… - pero también puede pasar a otras zonas del cuerpo. Los quistes que se forman tienen el aspecto de ser pedazos de chocolate fundido: son de color oscuro y se suelen llamar quistes de chocolate.

Estos quistes pueden eliminarse con cirugía o por medio de pastillas anticonceptivas.

La endometriosis es una enfermedad padecida por las féminas durante toda la existencia de la mujer. La regla, no siempre sienta bien ni sentó. Hay una descoordinación de las hormonas que envían un mensaje erróneo al cerebro y provoca un crecimiento inusitado del endometrio. Con lo cual las mujeres, durante la regla, tienen unos dolores tremendos en su mayoría, reglas abundantes con pérdidas de calcio y de hierro – por consiguiente – y con depresión pre y post menstrual. No todas. Hay excepciones, como en todas las enfermedades. A estas mujeres que han padecido endometriosis, se les ha dicho de todo: que si por poca cosa se asustan, que no son valientes, que si mujeres para una guerra, que eran unas quejitas, que la regla no duele. Pues sí, señor, sí duele. Duele igual que un parto o que un cólico de riñón.

Imaginen ustedes que les atan de pies y manos. Que les introducen – al igual que los rusos hicieron con un periodista el año pasado- una pastilla de plutonio que les corroe por dentro y no pueden hacer nada por impedirlo. Nada. Para colmo la persona a la cuales ustedes acuden a pedir ayuda – en este caso el médico – les dice que son unos cobardes y les da un digestivo para sofocar la acidez y el dolor. Si el polonio es poquito, quizás no mueran pero una buena úlcera sí les provocará. Aún así el médico y toda su familia, quienes no padecen el dolor que tienen ustedes, les dicen que son unos cobardes y unos quejicas.

El caso es que a las enfermas de endometriosis se las ha tratado de todos los modos y maneras. Y no siempre con buen resultado. Hasta el momento sólo la cirugía y las pastillas anticonceptivas unidas a cantidades ingentes de calmantes y de protectores estomacales, el calor, las bebidas calientes, han podido hacer algo para paliar el dolor. No para erradicar la enfermedad que mientras exista un útero, seguirá latente y se hará presente.

De qué forma se desencadena la endometriosis.

Aún hay mucho desconocimiento en cuanto a la enfermedad.  No se sabe qué motiva a las células a crecer. Supuestamente, deben proteger al útero, así que cuando un cuerpo extraño entra en él, este tejido se supone que debe de cubrirlo para poder evitar el daño. De este modo también lo protege durante el parto. Cuando no se produce la fecundación, el tejido ha de ser expulsado del cuerpo. Por tal razón las mujeres menstrúan. La sangre y los tejidos que salen de la mujer en la menstruación forman parte de restos endometriales. Pero si la mujer está sana y se prepara para la fecundación o va a tener la regla, se entiende que haya este tipo de crecimiento. Si no se prepara no debería de haberlo. 

Esta enfermedad provoca una amenorrea y una dismenorrea. A veces ausencia de menstruación. O viene la regla cuatro veces al mes o no viene en tres meses. Pero cuando llega, es dolorosísima. Y sólo se cura con cirugía, limpiando el exceso de tejido. La enfermedad suele ser genética. No importa que la mujer esté gruesa o delgada, ni siquiera si ha tenido hijos o no. De hecho la endometriosis suele ser causa de infertilidad. El tejido que crece puede impedir que el zigoto llegue al útero y provocarse un embarazo extrauterino, en la trompa posiblemente.  O no permite que los espermatozoides fecunden al óvulo.

Si sus esposas se encuentran mal durante el período menstrual, llévenlas al médico y que le hagan las pruebas pertinentes. Tienen derecho a tener una vida digna, cosa que no permite la endometriosis, una familia y un trabajo. Vigílenlas, que tomen la medicación pertinente o que se hagan la laparotomía. Suele haber descendencia después.

Hay varios grados de endometriosis según la cantidad de tejido invasor y las zonas que recubre. Hay hasta cinco grados. Los dos o tres primeros tienen menos cantidad de tejido invadiendo órganos con lo que se puede eliminar frenando la menstruación durante unos meses y con una aplicación de inyecciones y parches hormonales. Les aseguro que es una época preciosa ésta, al no tener ningún malestar por la regla.  Lo malo es que no lo pueden hacer eterno y al sexto o séptimo mes han de volver a hacerla aparecer para que el cuerpo se regule. Es decir, la regla parece que quieren hacerla necesaria para las mujeres.

En los últimos grados de la endometriosis es necesaria una laparotomía o una cirugía, para eliminar todo el tejido que se ha esparcido y los restos. Aún si no ha tocado el intestino, es una suerte. Si lo ha tocado o parte del tejido ha pasado a la sangre, existe un mínimo riesgo  - pero existe – de que ese tejido, vivo, se coloque en cualquier lugar del cuerpo y forme quistes. Por tal razón las visitas periódicas al ginecólogo son obligadas y el eliminar el exceso de tejido cuanto antes, también.

De todos modos la endometriosis es una enfermedad poco observada y ahora es cuando se está haciendo más hincapié en su estudio y en su curación. Espero que lo consigan y puedan dar calidad de vida a tantas mujeres que padecen un sufrimiento innecesario e injusto toda su vida, tanto física como psicológicamente y a quienes las ven sufrir sin poder hacer nada por evitarles ese castigo.

Todos tenemos derecho a una vida digna. Y eso de aguantar, sacrificio y ñoñería y flojedad femeninas, guárdenselo como excusas para esconder el “no tengo la menor idea de lo que ocurre, no me da la gana de investigarlo y dado que las mujeres son animales fuertes, que se fastidien” misógino y machista.

 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 25.02.2009.

 
 

Comentarios de nuestros lectores (0)


Tu comentario

¡A nuestros autores y a e-Stories.org les gustaría saber tu opinión! ¡Pero por favor, te pedimos que comentes el relato corto o poema sin insultar personalmente a nuestros autores!

Por favor elige

Post anterior Post siguiente

Más de esta categoría "Vida" (Relatos Cortos en español)

Otras obras de Maria Teresa Aláez García

¿Le ha gustado este artículo? Entonces eche un vistazo a los siguientes:

La carta más difícil de escribir. - Maria Teresa Aláez García (General)
A Long, Dry Season - William Vaudrain (Vida)
Pushing It - William Vaudrain (General)