Maria Teresa Aláez García

Teleoperadores

TELEOPERADORES.

Se está dando vigencia al trabajo virtual o telefónico.

Secretarias virtuales, teleoperadores, comerciales on line, ventas por web. La red se va extendiendo cada vez más y es más fácil y rápida la comunicación y en algunos países, más barata o incluso gratuita. Todo sea por comprar, vender y seguir dando vida al capitalismo donde se nos está metiendo y no podemos salir.

Se colocan líneas de pago ex profeso: líneas ocho cero seis, ocho cero tres o nueve cero uno, nueve cero dos, nueve cero tres. Incluso para las cuestiones de Internet, el ocho cero siete, para reparaciones de problemas on line. Son servicios para mayores de dieciocho años – aunque algunos menores los usan todavía y para esto los padres deberían sellar los teléfonos – y cuestan bastante.

Por otro lado, se puede trabajar desde casa o desde la oficina e incluso formar parte de una centralita o call center. En el caso de hacerlo desde esta última, tanto pueden pedir al teleoperador que trabaje como secretario o comercial como en la líneas eróticas o incluso de informador de galletas.

Entre los servicios de teleoperador, se distinguen:

 

1.- Comerciales.

El trabajo de comercial no es fácil ni grato. En su momento, puerta a puerta, no lo era y hay que tener mucho empuje, un buen enfoque del producto para transmitir y mucha seguridad para hacerlo. Puerta a puerta casi es más sencillo porque se pueden ver los gestos de la persona para que diga sí o no.

Hoy en día, para facilitar la labor del comercial de a pie, existen los comerciales telefónicos que van probando, teléfono por teléfono, al cliente. Si tiene el producto, si le es necesario. En el caso de que lo tenga y sea un servicio, si le puede salir más barato y en el caso de que no lo tenga, la posible utilidad. Se toman los datos y a continuación se  envía al comercial de a pie o acude el mismo comercial para cerrar el trato u ofrecer más información. El tiempo que se gana, es indispensable. De hecho, hay comerciales que si no cierran el trato, se enfadan con el cliente, pero hay que tener en cuenta que el cliente es siempre quien decide y puede ser que hoy diga que no pero otro día sí pueda y entonces, cerrar ese trato y llevarse ese porcentaje.

Las ventas telefónicas u on line,  servicios telefónicos u on line, permiten al empresario una gratuidad del uso del teléfono y una flexibilidad a la hora de realizar la venta y exponer la información en cuanto al producto, que facilita la rapidez de la venta.

 La parte negativa es que las operadoras de telefonía facilitan los datos sin el consentimiento del cliente en muchas ocasiones y los comerciales se ponen muy pesados porque cobran por las llamadas realizadas y una comisión por las ventas, no tienen un sueldo fijo y seguro que les facilite  un futuro para su seguridad económica.

 

2.- Citas on line.

En ocasiones con centralita o sin ella. Un usuario llama y se pone en contacto con otros usuarios que llaman pensando que quien está al otro lado del teléfono es una persona que les facilitará una cita con alguien. La centralita puede tener una voz automática y pedir los datos, sobre todo de la tarjeta. Les pasa a una sala telefónica donde conversan con otras personas con las cuales les va conectando la teleoperadora.

Normalmente tienen una conexión con el teletexto, alguna web o algún lugar donde se arreglen parejas y matrimonios. Es increíble la fe con la que los usuarios se apegan a estos teléfonos de citas. No se puede saber si se miente, si se les puede estafar. Hay personas solitarias o deprimidas que usan estos teléfonos para sentirse acompañadas.

 

3.- Teléfonos de sexo y erotismo.

Sexo virtual, sexo telefónico. Se montan hasta orgías, citas, se piden objetos, se realiza todo tipo de faena para excitar al interlocutor o interlocutora.  En ocasiones es la misma señorita de compañía la que se ofrece para la llamada y luego contacta con el cliente para hacer realidad la conversación. En otras ocasiones, ya saben que tienen media hora con el teléfono para realizar lo que quieran hacer o pago con visa para tener tiempo ilimitado y para un servicio que puede salir carísimo.

Suelen ser las líneas que tienen más éxito debido a que tratan un tema que sigue siendo tabú para los seres humanos y donde no se facilita la información debidamente.

Hay que tener cuidado con las líneas de este tipo. Si la línea es gestionada por una casa de citas que luego pone a la disposición del interlocutor, señoritas que por su interés personal acompañan o caballeros, no ocurre nada. Pero si no, puede ser que una casa de citas con personas que han sido engañadas para prostituirse sean quienes estén al otro lado del auricular. Por otro lado puede ser que ni siquiera ocurra eso. Es posible que vaya a parar a un call  center o un centro de llamadas donde las personas atiendan lo mismo a una llamada de comercial que a una llamada de tipo esotérico que a otra de tipo sexual. Claro que eso se nota en el precio y la gente paga según sus capacidades y sabe que mucho no puede pedir si es barato. La imaginación al poder.

 

4.- Tarot y videncia.

En este punto no me voy a poner a hablar de cómo existen las ciencias ocultas o si puede o no ser cierto que estas personas adivinen o curen. Sólo hablo de la labor que hacen.

Cuando veo en la televisión o en la radio que los periodistas o actores o músicos, tan listos ellos y tan abiertos a desentrañar secretos ocultos, llaman a los tarotistas, videntes, quirománticos, para dejarlos en evidencia, me hace mucha gracia.

El por qué.

Estas personas cobran según la cantidad de minutos que puedan mantener a la otra persona al teléfono. 

Las hay que son honradas. Entonces puede que se aprendan de memoria uno o más manuales de tarot y de adivinación y libros y acudan a curso de sanación y vayan  a visitar chamanes, estudien psicología y puedan realmente ayudar a la gente. No suelen darse a conocer mucho, no necesitan ir sonsacando a los usuarios del servicio y tanto pueden tener al usuario cinco minutos como tres horas al teléfono. Que acierten o no, que puedan adivinar o no, no lo sé. Pero sí que tienen en cuenta a la persona que les llama, si tiene o no medios, si está o no desesperada y dan orientaciones positivas y factibles. Vamos, sustituyen al médico, al cura o al psicólogo, están en cualquier momento. Son las menos.

Otras son una estafa. Mantienen a la persona mucho tiempo al teléfono estando en silencio o les cuentan su vida o a saber. Incluso las mantienen esperando al teléfono mientras atienden otras llamadas. No tienen piedad con los usuarios, sobre todo si tienen pocos medios económicos y van a sangrarlos con rituales diversos que cobran a precio de oro. Son las más.

Cuando un periodista llama por teléfono para “engañar” más bien sale él como engañado. A estas personas, sobre  todo a las del segundo grupo, les da igual adivinar o no. Pero sí saben, por la voz, por lo que el periodista les está diciendo, o incluso porque lo puedan intuir o mirar en las cartas, que esta persona va “a por ellas”. Entonces se dedican a decirle lo que quieren oir y las mantienen al teléfono durante un tiempo que para ellas es precioso. Un cuarto de hora, media hora a ser posible. El periodista presenta la cuestión, todo contento, diciendo que “ha engañado a la teleoperadora”. El dinero que ha ganado el teleoperador, - normalmente no mucho, la media hora suele cobrarla a cinco o seis euros- es lo que más agradece y le da igual que le llamen mentiroso o usurpador. Quizás desde el momento en que se anuncia ya diga una mentira: al poner otro nombre que no sea el suyo, por ejemplo.

 

5.- Teléfonos de información general.

Normalmente estos teléfonos son colocados por las empresas privadas o estamentos públicos para ofrecer información acerca de los productos y servicios. Las empresas privadas suelen aprovechar las llamadas para ganar un dinero y para ver si consiguen una venta. Los estamentos públicos suelen usar el número 900 para dar información acerca de lo que sea necesario: tanto de la declaración de la renta como de un horario por ejemplo. En realidad usan números rápidos de tres cifras sobre todo para asuntos urgentes como la sanidad, la seguridad o los bomberos. Para el resto, usan teléfonos privados o líneas novecientos.

Las empresas privadas tienen secretarias o comerciales que responden al teléfono y esperan cobrar un tanto por las llamadas y por el producto vendido. He notado que en muchas líneas 902 hay tenido esperando al cliente para hacer que la llamada dure más y cobrarle más minutos con lo que, sólo en información, la empresa se lleva un buen tanto de dinero y compensa otros gastos.

 

6.- Reparaciones, servicios de profesionales.

Como he escrito antes, se usa el ocho cero siete para cuestiones de informática o ciencias, reparaciones, etc… y aunque no se vea muy a menudo, sí que en algunas empresas de informática, ofimática y gestión se usan estos números para poder dar información acerca de sus servicios así como para el uso de médicos, abogados, psicólogos, etc… Es un número de información relacionado con este tipo de profesionales, para pedir consulta, referencias, etc…

 

7.- La televisión.

“Ay, esos concursos donde prometen el oro y el moro. Y además fulanita de tal, ama de casa y con cinco hijos, ha llamado en dos ocasiones y la conocen y todo y se ha llevado un dineral. En cambio yo llamo todos los días y me ha llegado una factura impresionante pero nunca me cogen. Casi, casi llego y mira que el concurso era fácil pero nada, no hay manera.”

Esos concursos que colocan sobre todo en la madrugada para gente que se aburre  y que se aprovechan de que la gente no duerme, está tensa y nerviosa y sobre todo tienen, con la crisis, problemas económicos, causan más estragos que los ocho cero tres, los de sexo. Una centralita controla las llamadas masivas y sólo una de un montón llega al programa que parece ser en directo pero en muchas ocasiones, es grabado, como ocurría con el programa del viernes, del ventrílocuo.

Cuidado con estos teléfonos no vaya  a ser que la deuda y la crisis se agraven por encontrar una solución fácil. Más vale, cuando vayan a quedarse solos de madrugada o estén nerviosos y no puedan dormir, que cojan una hucha y el monedero y por cada vez que quieran llamar, echen el euro a la hucha. Al cabo del mes, se darán cuenta de cuánto han ahorrado y la factura de su teléfono estará muy limitada. Aconsejable también cuando se tenga ganas de cháchara con la amiga. En las tiendas de “todo a cien” venden libretas a cero con sesenta y un montón de bolígrafos por el mismo precio. Por un euro veinte, usted tiene para escribir unas setenta cartas a sus amigas sin enviárselas, desahogarse  y contar toda su vida. Eche el dinero de la llamada a la hucha y escriba. Nadie le va a vigilar las faltas y la letra. Cuando haya acabado la libreta, vaya usted de visita a casa de la amiga o aproveche la ocasión y le regala la libreta pero tenga cuidado con no insultarla, que seguramente la amiga se leerá la libreta para cotillear. Si insulta, mejor coja el papel y quémelo con cerillas de cero sesenta. Eso desahoga mucho.

 

8.- Secretarias on line.

Ahora se está poniendo de moda el contratar una secretaria on line. Por mil euros al mes, tiene a una persona accesible que le hace todo el trabajo. Le ahorra el local, lleva su agenda a punto y es personalizada. Aunque usted viaje al extranjero, siempre la encontrará en su sitio y no tendrá problemas de si llega tarde, de si le hace algo raro a la caja o si no limpia los aseos. Nada, nada de eso. Además siempre puede usted imaginársela. Ella trabajará pero desde su casa o desde las oficinas donde haya contratado usted el servicio. Es bastante efectivo, flexible y útil, tanto para el empresario como para la secretaria. Recomendable.

Aunque si ha pensado en colocar un teléfono ocho cero algo o uno nueve cero algo para que ella lo responda, creo que ese servicio no lo llevan. Tendrá que hacerlo usted mismo o contratar a otra persona.

Y hasta aquí un resumen de los trabajos más usuales que puede realizar un teleoperador. Espero que pueda ayudar a dignificar un poco la labor.

El trabajar desde casa es mucho más sacrificado que acudir a un lugar determinado. En la casa, se está siempre a disposición de los jefes, empleados y clientes. Hay que prefijar un horario y sobre todo, hacerse uno personal para saber qué días y horas ha de dedicar al trabajo.

Un consejo: los mejores jefes, los catalanes. Aunque hay de todo en este mundo, bueno y malo, de esto que no se tenga la menor duda.

 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 30.04.2009.

 
 

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