Maria Teresa Aláez García

Curiosidad malsana

CURIOSIDAD MALSANA.

A pesar de ser bastante fiel – quizás demasiado – a mis ideas, aunque soy flexible en el sentido de que si se me muestra con razones legales lo contrario, asumo el cambio y reorganizo mi mente o mis sentimientos al respecto, me interesa conocer lo que me cae mal, lo que ignoro – por supuesto – y lo que me prohíben.

También intento pensar en como serán las personas que tienen características opuestas y bastante distintas a las mías  e intento implicarme en su manera de pensar y de sentir. Quiero conocer al ser humano y ver que su parte positiva existe, de igual modo que la negativa no deja de hacer acto de presencia.

No entiendo el por que de esta fe ciega en el ser humano.

La curiosidad me pierde. Sinceramente.

Debe ser el ansia de saber y también la impaciencia de aplicar lo que se a mi vida y a mi trato con los demás.

El otro día pregunte a una persona que me dijo que era ateo – soy creyente – agnóstico y que no tenia sentimientos, una pregunta tonta. Menos mal que es paciente y soporta con tolerancia a gente estupida como yo y me dio respuestas. Fue muy gentil.

Las cuestiones eran: como se vive sin creer y como se vive sin esperanza.

Como se vive sin esperanza. Llegando al pesimismo.

Le pregunte si entonces vivía como un robot, haciendo las cosas porque había que hacerlas, porque estaba programado para hacerlas o porque le habían enseñado así y, de igual modo, por la satisfacción inmediata que la realización de la tarea le traía: fuera dinero, sexo, etc…

Si que me dijo que era pesimista. Pero se limitaba a vivir. No se como, aun no lo entiendo pero espero conocerlo mas adelante. Vivir fríamente, haciendo lo que se le pide y disfrutando del momento o solo preparándose para el siguiente. Vivir al día, sin conocer el futuro, desechando el pasado o valorando solamente el simple hecho de poder respirar.

Por otro lado, también me implique con otras personas ateas para saber como viven sin una esperanza en una vida futura, sin un consuelo en algo o alguien que esta fuera de nuestro conocimiento. Al colocarlo, según su forma de pensar, como causa y efecto de las desgracias que nos ocurren, del nacimiento de ser humano, puedo entender que no quieran vivir con un ser divino que prohíbe muchísimas cosas según esta escrito en un lugar que se supone que se redacto según una inspiración facilitada por El pero no significa que fueran las mismas palabras que utilizo. Si es cierto que revelo las verdades a los profetas, seguramente ellos, para que la gente las entendiera bien, las adaptaron a las circunstancias de su vida pero no todo no se entiende, todo esta confuso y lo que se conoce puede ser bueno y debe ser seguido a pies juntillas sin dar opción a replica pero eso no significa que otorgue felicidad. El vivir sin una creencia hace que la respuesta a las cuestiones de la existencia sean relativamente más fáciles. Da respuestas, quizás infantiles, a las circunstancias de la vida pero si permite que la conciencia no sufra por otras circunstancias. De todos modos el que hace mal, lo hace siendo creyente y no, y el que hace bien lo hace de igual modo, siendo o no creyente.

Pregunte a personas de distintas concepciones políticas  acerca de sus teorías y de su concepción de la vida. Cambiaban quizás la fuente de sus ideas, pero al final todos iban hacia el mismo fin. El dinero, el hacerse ricos, el hacer negocios, seguramente intentando mejorar la ciudad o el país y hacerse un puesto, un lugar en la historia, la fama. La vanidad. Buscando poder, gloria y riqueza, como desde el principio de los tiempos, el ser humano ha ideado nuevos planes de gobierno, religiones, planes económicos, de todo. Pero no he visto aun ninguno en el cual el reparto de las riquezas se fundamente en el reparto de las materias primas por que si, porque están ahí para todos, sino en el reparto por según baremos impuestos socialmente, de lo conseguido tras cambiarlo por metal, en el comercio con las materias primas. Y estas personas están ahí para mantener estas falsedades en auge y que siempre sean los mismos los que se enriquezcan o alcancen el poder y los mismos los empobrecidos y agobiados. Del resto, pueden vivir con sus limitaciones y conformidades, tranquilos y sin pedir demasiado de nada. O, simplemente, no pensarlo. Negarse la evidencia.

Aun tengo que conocer muchísimas cosas. La vida no deja de mostrar su cara más cruel, sobre todo ahora y en pocas ocasiones muestra la cara más bonita. Quizás en otra vida solo mirara cosas bellas y ahora me toca conocer la mas dura realidad.  Y para ello también me acerque a las personas que incumplen la ley y dañan a sus semejantes, sobre todo a estas últimas. Tuve la ocasión de tratar con dos personas que habían matado en su vida a un ser humano – eso de “estuve en la guerra” y que con tanta facilidad se nos enseña, matar con metralletas o bombas a miles de personas que siendo “malos” o “buenos” mueren y no sabemos si eran buenas o malas personas en realidad - y mi pregunta fue el “por que” sin pretender hacer daño. Esas personas sabían que no pretendía ofenderlas. Una respuesta fue “porque si no me mataban a mi”. El rostro que esa persona puso cuando me contaba la historia, los rasgos que uso cuando me daba la respuesta… note que no fue fácil relatarme su historia y con la edad que tenia, no podía asumirlo todavía. En el otro caso, la persona creo que estaba como huida. Su cerebro no acababa de asimilar lo sucedido y cambiaba de tema para, imagino, poder resistir el sufrimiento que cargaba y que era tal que su mente segregaba no se que tipo de hormonas que anestesiaba sus recuerdos y parecía que no tenia sentimientos. Si, si los tenia, claro que los tenia.

Cualquier día de estos me meteré en un lío por ir con quien no debería ir o por meterme en donde no me llaman.  Mi curiosidad me hará caer donde no debo de caer. Pero mientras tanto, me coloco al lado del ser humano en su parte de sufrimiento, en esa parte que ignora de si mismo y de los demás y que no sabe como tratar. Esa parte que nos desconcierta y que rompe esa barrera entre mal y bien. No del lado de quienes usan ese desconocimiento y esa angustia para aprovecharse de los demás y tratarlos como borregos. Eso también lo he visto y como lo hacían y no tiene nombre.

Me pongo de parte de la desesperanza y del vacío humano. Dentro mismo del abismo eterno.

Por que podría tomar el lado fácil. Ya en una ocasión me lo dijeron. Cuando mi matrimonio entro en crisis. Entonces la solución sencilla era separarse. Y lo pensé. Asumí mi parte de culpa. No podía ser eso. Ya si la otra parte hubiera querido con ahínco la separación, hubiera sido otra cosa. Pero por mi parte, no se iba a dejar de luchar. Y ahora igual. Lo sencillo y más cómodo es aislarme o esconderme, o mantenerme aparte y dejar que cada cual haga lo que deba de hacer sin que me afecte y sin implicarme en ayudar o en impedir.

No es mi manera de ser.

Mientras medio mundo obligue al otro medio a revolverse en el barro, a cavar sus propias tumbas, a llenarse de heridas infectas tanto espirituales como físicas, estaré ahí para ayudar y para implicarme. A desenterrar a quienes piensen que deben de dejarse morir en sus propias miserias. A curar heridas de quienes no hacen mas que quitarse la costra para seguir sangrando. A estar ahí para cuando esa mujer venga llorando porque su marido, desesperado, ha intentado quitarse la vida y ella desee llorar, hablar, aliviarse y tener un lugar donde dejar a sus hijos mientras salva a su familia.  O a esa otra que esta siendo maltratada.  Mientras haya en la tierra seres indeseables, fingiré que abro mi propia tumba pero ¡Cuidado! Quizás al final no sea yo la que caiga dentro de ella. Y que seria maravilloso dirigirme hacia ti, concretamente y seguir tu camino, mientras me permitas hacerlo. Pero me detendré cada cinco minutos y parecerá que todo se retrasa. Quien me conoce un poco sabe que es superior a mis fuerzas.  No se decir no ante - esto me va a valer muchas antipatías - esa persona que estuvo a punto o que maltrato a su pareja y a sus hijos y viene llorando porque sabe lo que ha hecho y se encuentra muchísimo peor que antes de cometer el delito, necesitando, entonces, una escucha, una dirección y un refugio. O a esa persona que esta viviendo un infierno con la enfermedad de un familiar y teniendo otros miembros de la familia a quienes atender y cuidar y un trabajo que llevar adelante. O quien ha salido de la cárcel y no tiene a donde acudir a hablar un poco y a desahogarse. O quizás a esa mujer que ha visto morir a sus hijos, sea en occidente, sea en los países subdesarrollados y necesita hablar de ello sin que nadie sienta pena o la critique o la disculpe.  También a ese que ha cometido un delito porque sus familiares necesitan salir adelante con sus vidas  y no tienen medio y no sabe lo que ha de hacer o a quien ha cometido el mismo delito porque quiso pero se encuentra mal y no sabe como sacarse de encima el remordimiento y a la vez, la incertidumbre puesto que carece de empatia y no tiene conciencia del daño que hace.

Todo es tan relativo… todo. Me alegro, por otro lado, que hayan puesto la presunción de inocencia. Si por el pueblo o por la masa social fuera, más de uno estaríamos colgados de la Olivera más próxima.  Aunque la justicia sea injusta para la mayoría.

Y que ocurre al final: que el camino parece más ligero, más agradable, más sencillo y más llevadero. Sin dar dinero ni a veces tiempo siquiera. Solo un saludo, una atención, un beso de aprecio, un apretón de manos, alzar el brazo para dar el alto o una sonrisa mientras se va caminando  incluso cuando el corazón, mientras tanto, llora de amargura, alivia mucho las dos cargas. O tres. La tuya, la mía, la del otro y la del de más allá que ha disfrutado viendo a gente que se aprecia, cerca de su vida.

Y cualquier día… pasare por encima de mis prejuicios, que son muchísimos y seré capaz hasta de atender a esos indeseables a quienes servimos porque en realidad son personas débiles que se escudan tras el poder, la riqueza, la prepotencia y la soberbia, para luego mostrarse como un pedazo de pan. Pero eso, mas adelante.

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 24.08.2009.

 
 

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