Fran Escudero Redondo

In nomi di patrix

El padre Thomas estaba exhausto depués de aquella inolvidable y terrorifica noche, era el párroco de un pequeño pueblo del sur de Nebrasca y todo el mundo allí era creyente. Sólo hacía tres días que ese extraño señor vino a verle a la sacristía con miedo y desazón, contandole la historia de su hija, una niñita de 8 años que se comportaba de forma extrambótica. Había acudido a psicólogos y cosas así pero no conseguían dar con la cura de lo que le pasaba a la pobre criatura.

Esa misma tarde, el siervo de Dios fue a a casa del señor que le había pedido ayuda y lo que encontró allí le desconcertó. Thomas siempre fue siervo del Señor y notabasu presencia en todo lo que le rodeaba, pero su ausencia en esa casa era desconcertante. Hacía frio y las sombras eran más oscuras que de costumbre, allí habitaba una fuerza oscura que helaba la sangre del párroco. Devía expulsar a aquella bestia de este mundo para que no atormentara a las buenas gentes del lugar, porque el rumor ya estaba extendido y todos tenían miedo de lo que pudiera pasar.

La hbitación de la niña, aunque estab cerrda a cal y canto,emanaba un aura de desesperanza típica de la presencia de los infiernos. Thomas, con todo preparado, entró en la boca del lobo.

Lo que vió en esa sala estuvo apunto de hacerle enloquecer: nada más abrir la puerta acudieron a su mente diversas y horribles visiones, como si algún ser quisiera jugar despiadadamente con él. Cuando las horrendas visiones desaparecieron, Thomas divisó a la muchacha; estaba sentada en un rincón, conla piel grisácea y con unos ojos llenos de tristeza y odio, esa mirada podía apagar el interior de la Tierra con su frialdad antinatural. El cura sinió una fortísima presencia oscura que emanaba directamente de los restos de la que había sido una niña feliz.

Thomas sacó su crucifjo plateado e invocó el nombre de Dios:

- In nomi di patrix, et filli, et spiritu sancti-Pronunció con una voz cargada de fuerza y justicia.

La criatura se revolvió y unas gruesas gotas de sangre emanaron de sus ojos ysu boca al tiempo un extraño viento con olor a azufre  se extendía en forma de remolino por la habitación. El exorcismo había comenzado.

-¡Vade retro, Satan!- clamó Thomas con voz temblorosa mientras blandía el crucifijo hacía la bestia que gritaba ferozmente, un sonido atronador y escalofriante.

Thomas vislumbró mas visiones, esta vez más crueles que las anteriores, Jesucristo en la cruz, insulta a los que le miran furioso mientras su cuerpo se quema con llamas de un color muy oscuro. Un ser horripilante con cuerpo de hombre y cabeza de carnero se alza victorioso sobre una montaña de cadáveres putrefactos a la luz de una luna de sangre. Una niña inocente se saca los ojos bajo la mirada de tres hombres sin rostro mientras llora de angustia. Un joven párroco sucumbe ante el poder de la oscuridad y cae al infierno, donde un ejército de cadáveres le roen las entrañas entre gritos de dolor.

Thomas despierta del trance y observa a la niña levitando con una sonrisa cruel en los labios y los ojos desorbitados. Es en los ojos donde el cura observa que todavía queda humanidad en ese ser despreciable. Thomas moja sus manos en agua bendita y sigue con el procedimiento:

-¡In nomi di patrix, et filli, et spiritu sancti!, regresa a las tinieblas de donde has surgido bestia inmunda. ¡Por el poder de Dios, yo te doblego criatura del submundo!.

La joven no puede más, su luz se apaga con el ánima que la corrompe por dentro. Thomas lo sabe y siente pena por ella, pero debe seguir y la rocía con agua bendita sin vacilación. Todo ha terminado. La presencia extraña se apaga mientras la niña se desmorona el el suelo entre sangre y mugre. Está muerta.

El padre thomas se siente aliviado pero a la vez culpanble, nunca había realizado un exorcismo y sin querer ha acabado con la fragil existencia de la poseída. Pero siente algo extraño. La criatura está dentro de él y debe acabar con ella. Bebe de la cantimplora dende aún le queda algo de agua bendita. El líquido le quema la garganta y siente que la Bestia, derrotada abandona su cuerpo, pero él también está moribundo. El esfuerzoha sido atroz y sualma desea con todas sus fuerzas abandonar el cuerpo, que tanto sufre.

En un último y brutal esfuerzo, coloca el crucifijo en la frente dela joven para que su alma se purifique y pueda ascender a la bendición eterna. Él está perdido y lo sabe, pero le da igual, prefiere salvar a la chica.

Todo acaba en unos segundos, hace dos horas que ha amanecido y está  exhausto, perdido. Su alma inmortal nunca olvidará aquella noche,en la que se enfrentó al infierno y salió victorioso.

En lo único en lo que piensa es en dejar el mundo y reunirse con Dios,y así lo hace.

 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Fran Escudero Redondo.
Publicado en e-Stories.org el 25.08.2009.

 
 

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