Rober Arias Rodriguez

Vidas

Si oscuras eran las noches,mas oscuros eran los días,pensó Manuel para sus adormecidos adentros.
Eran las 6:30 y allí estaba él esperando al gris y mugriento Land Rover como cada puto día.Por lo menos hoy el bocadillo era de jamón(4,95 e. 100gr.,ojo),lógico,era Lunes y principio de mes,podía ser peor.
La mayoría de sus compañeros le revolvían el estómago,le resultaban tan patéticos o más que él mismo.Estaba José Luis Chouzo,astuto y poderoso rey de los puticlubs de oferta,galán de telenovela venezolana barata,pelo en pecho y todo eso,campeón en cama ajena y diestro jugador de tragaperras.Antonio Galán era más recatado e inocente,padre de familia honrado y ejemplar,muda y paseo los Domingos,bonita foto de familia feliz,comunicación escasa,pero mucho guardar las formas por el que dirán y demás.Julián Cordobés era otra cosa,gracioso hasta los Lunes de resaca,un poco cansino,vomitivo tal vez para los estómagos delicados,pero con gracia el jodido cornudo,por que aunque gracioso y bromista con los males ajenos,lo de su cornamenta lo llevaba fatal el hijo de puta.Eran muchos y diferentes a la vez,repetían alguna cualidad,putas,tragaperras,machos ibéricos,ya se sabe,un hombre es un hombre...
Llegó el Land Rover,puntual como siempre,con Arturo al volante,impasible,hombre rudo y hecho en el duro arte del lamer culos,pelota y comehuevos incansable que jamás contestaba a un buenos días con palabras,si no que con un ligero ademán de cabeza quedando dicho el resto,bebedor del mes en todos los bares,eso si,que una cosa no quita la otra y el dolor de culo se cura con alcohol en grandes dosis.A Manuel le gustaba el viaje hacia el infierno,eran 40 minutos mas o menos tranquilos y él dejaba volar su imaginación hacia lugares en los que nunca había estado o imaginaba la cara de Arturo aplastada por su puño un día de mal,se imaginaba a él mismo al volante del jodido Land Rover,llevándolo hacia el barranco más próximo,haber que cara se les quedaba a esos malditos comemierdas.
Ignoraba el porqué de ese rechazo hacia los demás,al fin y al cabo él era igual que ellos,tan previsible y monótono,tan despojo y sucio como cualquiera.
Había salido el Sol,aprovechaba ese momento para recrearse en el,en invierno no tenía mas oportunidad de verlo hasta el día siguiente,por eso calentó su piel un momento,dejó que sus rayos le recordaran que aún estaba vivo,que había esperanza.Recargó su agotada batería vital y se acabó,llegada a destino...
En la cantera intentaba pasar desapercibido,deshacer sus bloques de pizarra sin más,dejando fluir sus pensamientos sin control,creyendo ser mil cosas y llevándose mas de una vez el martillo a la muñeca,recuerdo de quién era y quién sería el resto de su absurda e insípida vida.Después de todo,pensó,todos tenemos nuestro sitio en este mundo,todos tenemos nuestra función,importante o insignificante,pero función al fin y al cabo.Puede ser que al final de su pesado camino alguien le recordara y soltara el día de su entierro aquello de que siempre se van los buenos o lo de que era buena persona el Manuel...puede ser.
Manuel se despertó a las 6:00,creyó haber soñado,un sueño real.Se calzó y vistió mecánicamente,se metió un orujo para calentar el alma y se fue a esperar el Land Rover.Por un momento dudó si había soñado o no, hasta tuvo que abrir la mochila y ver de que cojones era el bocadillo...mortadela sin aceitunas,joder,no había soñado,era Martes...y vuelta a empezar.

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Rober Arias Rodriguez.
Publicado en e-Stories.org el 26.08.2009.

 
 

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