Maria Teresa Aláez García

Ahío

 

 

Unas historias se escriben para arrancar algo del interior: un aspecto, una idea, un recuerdo que el escritor desea expresar, bajo su punto de vista.
Pueden ser originales... O no... Mas. el hecho de transformar ese factor y la conservación del resultado requieren su espacio y su tiempo.

Otras reflejan una realidad o irrealidad determinada. O indeterminada.

Algunos escritos son pura poesía. Una manera de enfocar ese deseo del trabajo y estudio, con la rima, tan difí­cil, tan imposible. La poesí­a no es, simplemente, tirar versos y versículos. El lanzamiento de estrofas así como así. El poema contiene, en su estructura interna, gran cantidad de entramados que han de aprenderse con la práctica. Cuando se adecúan al poeta- y el poeta a ellos- consiguen un reflejo metafórico de la vida. El resultado es maravilloso.

Pero hay historias que son deudas. Con la sociedad, con la familia, con el tiempo... Necesitan ser redactadas porque fueron vividas.

Como tengo cinco o seis deudas de este tipo, creo que ha llegado el instante pagar dichos débitos.

Empezando por las más importantes: las deudas con emociones.

Éstas no han de ser, obligatoriamente, algo insoportable o insufrible. Hay deudas de amor que se pagan con sumo placer. Precisamente, la que ahora nos ocupa, tiene este tipo de impronta.

Además de un bonito nombre, determinado por una llamada:

AHÍO.

Vayamos, pues, al inicio. 

Ferrol, 1936.

En la calle Concepción Arenal. Ahí estaba la casa. En el segundo piso. Una escalera de caracol. En la pared, azulejos oscuros. El suelo de madera o de "parquet" como dirían ahora. Un matrimonio, con dos hijos y una hija.

La casa servía como vivienda y taller. De lugar para trabajo del dueño de la misma. La abuela materna iba, de cuando en cuando, a echar una mano para tener a los nietos.

Porque ella no podí­a moverse. Solamente orientaba la cabeza. Su cuerpo entero estaba inmóvil.

No se sabe cuál fue la razón.

 

Mayte Aláez. Pernelle.

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Maria Teresa Aláez García.
Publicado en e-Stories.org el 24.10.2009.

 
 

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