… compañera, podría parecer como si este día bronco
hubiera llegado dispuesto a exterminarnos del alma la sed
y la memoria;
… y, sin embargo, algún amor quedará sobre la mesa, alguna melodía
que se resista a morir, aquí y allá algún espejo roto o ajado,
siempre algún cariño rodando, algún beso último,
tal vez el primero;
... que esta amistad mía te dure; la que quiero cuidar y llevar en el pecho
contra todas las noches y propósitos, contra la propia muerte,
que te dure siempre, siempre;
y no, no te quedes sola frente al río,
pues la paz del agua destruye y besa, y luego, también, al recordarse;
... amiga, partamos, no importa;
ya ves, libres, cual viento mismo, con afecto nos reconocen y reciben los álamos;
[…y al marchar va la sangre serena,
pero dándose golpes tintinean las hojas y los caballos del pecho tascan
contra los muros del corazón; contra ellos piafan, y airados, terriblemente airados,
una y otra vez, con furia, por el alma pugnan, se hostigan y encabritan]
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Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Antonio Justel Rodriguez.
Publicado en e-Stories.org el 19.11.2009.
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