Angels Vinuesa Fernandez

¡Siempre puedes ir a la playa con mamá!

Siempre puedes ir a la playa con Mamá
    Cuando llega la época del veraneo; según el diccionario: "Acción de veranear” y siguiendo el mismo diccionario:
Veranear: pasar el verano en sitio distinto a la residencia habitual
    Se han de poner normas a los hijos / as y normas claritas.
    Por ejemplo los horarios de las comidas, el decir qué se come a las dos ,o se cena a las nueve, parece un acto autoritario, pero en este caso es necesario, porque si no la hora en que engullimos aquellos alimentos frescos, por decirlo de una forma ,se torna en un desorden total y absoluto, y resulta que al final acabas comiendo con el perro, porque aquel o aquella esta en la playa, o en la piscina o con los amigos /as.
    Así que un toque de autoritarismo al principio del veraneo, y solo por esta vez, es, en este caso casi imprescindible.
    Otra cosa es la llegada al chalet o apartamento en horario nocturno.
    Esto es una lucha sin cuartel y a pecho descubierto.
    Aquí se flexibiliza tu voluntad por aquello, de qué... han sacado buenas notas,... que hace calor,.... que se encuentran con amigos /as que no ha visto en todo el año ,y en fin ,tantas excusas que el horario de recogida de la tropa, o sea, él ultimo que cierra la puerta de la casa con llave, experimenta a lo largo de los meses de estío, un poder elástico como el de los chicles.
     Es decir, que si al principio el horario tope es a las 12 de la noche, hora prudente, acabas el verano a la cinco de la mañana, y en muchas ocasiones oyes la puerta cuando ya te tienes que levantar o te estas tomando el café con leche...
    Y encima te dicen..
-¡Jo mama , si que te levantas pronto ¡
¡No te jode ¡
 
    Así que los hijos /as, experimentan una transformación total y absoluta. De ser niños tímidos, recatados, enfrascados en juegos de ordenador, y fiestas controladas en casa de amigos /as, se vuelven del todo librepensadores, autónomos y autosuficientes.
    Siempre y cuando la pandilla, o el amigo/a no les falla, si esto ocurre, solo en raras ocasiones, allí esta la mamá para la suplencia, como si los padres estuvieran en el banquillo de un campo de fútbol esperando que alguien se lesione para salir....¡ Ah! y contentos ¡claro!
    Llegado ese punto, se quedan como marchitos, encantadores y cariñosos, cosa que no han hecho desde que pisaron la santa arena de la playa.
     Y te miran con aquel congojo, y a ti te sale aquella rama de madraza y les replicas:
- No te preocupes, ¡yo iré contigo a la playa!
    Pero ahí no queda todo, porque en principio has de aguantar estoicamente su mal humor, por los enfados de los amigos, y por el universo en sí mismo, después tienes que oír aquello de:
-¡Tu no entiendes nada!
-¡No estas al loro!.
    Y tu  con cara de poker  camino de la playa, cargada con los bártulos y detrás de el/ella...
    Y poco a poco ,cuando se calma la marea, que tu has aguantado con una sonrisa de oreja a oreja, de repente, como si se tratase de una centella ,les entra las ganas de bañarse, y tu cedes porque... pobrecito/a tiene un mal día ...y ,aunque te repatee entrar en el agua que suele estar fría.. ¡lo haces!
     Además tendrás que aguantar que ellos no respeten aquella buena costumbre de meterse poco a poco, sino que en cuanto has puesto los pies en la orilla, ya tienes el chicuelo que te ha calado de arriba abajo.
Como si con lo del baño no se conformasen, eso va ligado al grado de cabreo que lleven encima, seguirás la secuencia jugando a palas, oyendo aquello:
    - ¡Mamá, va bien hacer ejercicio y tal y tal!
     Y tu allí... achicharrándote y dándole a las palitas, porque además la chica/o adolescente, tiranizará sus pelotillas para que corras de un lado a otro, sudando a chorros.
 
    Llegado este momento en el que dices aquello de,..
    ¡ No puedo más y hasta aquí hemos llegado!..., igual tienes suerte y aparece algún amigo/a arrepentido, que se acerca y te toma el relevo.
    Es un momento fugaz, pero de repente te quedas sola, chorreando de sudor con las dos palas y la pelotilla y el hijo /a ha desaparecido.
    Tú en todo caso piensas, aún puedo estar contenta porque ha compartido algo con él /ella, pero en el fondo lo que esperas es que la escena no se repita más en todo el verano y deseas que tu hijo/a sea él más sociable del estío.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Angels Vinuesa Fernandez.
Publicado en e-Stories.org el 17.06.2005.

 
 

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