CAPITULO IV

Mientras la vida me corre por las venas y me envejece con cada respiro que pego en este mundo,
una sensación de soledad me rodea a través de mi...el mundo es una canica mas para la bolsa de la suerte,
mas sin embargo esta sensación de soledad no me deja en paz,
como una luz tenue que no me ilumina mi camino,
sino que más bien me lo opaca para no diferenciar entre lo que es felicidad y agonía,
mis alas negras se me han ido desplumando mientras más siento el dulce y quemante infierno de mi propio ser,
mi condena es la rectitud y mi cruz es mi pura bondad envuelta en oscuridad,
soy un caminante solitario del mundo que vuela en velocidad a mi alrededor,
sentado en mi lugar de suspiros, llantos, alegrías y depresiones,
siento un peso insoportable que hace que vomite mi propia vida,
mi corazón se ha ido encogiendo y su salvadora sigue perdida por su búsqueda interminable,
el deseo de tener un alma que complemente su agonía y recupere su brillantez ha fallado en lo más rotundo de su destino,
al parecer ya no me queda más que observar a los enamorados crear su amor,
ya que el mío ha dejado una huella ensangrentada de despedida.......oh mi dulce agonía envenenadme con tu liquido de dolor
y hacerme sentir las destrucciones de tu interior..........PAIN.......

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