Un mundo desconocido: El origen (primera parte)

Hay cosas que van más allá del propio entendimiento humano, que son capaces de cambiar el destino de mundos enteros. Hace millones de años atrás, antes de la creación de los nueve sistemas, había oscuridad, y de ella surgió la luz, que se hizo llamar a si mismo Anúk. Él solo logró derrotar a la oscuridad misma y se convirtió en El Ser Supremo, y él se adueñó de la existencia, luego de eso, creó una tierra sombría para tener cautiva a la oscuridad que luego llegó a nombrarse como Pilák, el dios de las tinieblas. Después de unos tres años, Anúk empezó a sentirse solitario, asíque decidió crear algo que hoy es conocido como "la vida". Pero antes de eso creó un mundo para que pudieran habitarla y disfrutar de sus riquezas, aquél mundo se llamaba "Nark", la tierra divina, un lugar de enormes colinas, compuestas por valles, bosques e innumerables animales salvajes.

Los habitantes eran magos que se comunicaban con El Ser Supremo por medio de portales mágicos que con el tiempo aprendieron a manejar con seria responsabilidad. La tierra de Nark evolucionaba y Anúk era cada vez más feliz, pero eso no le fue suficiente, asique creó un segundo mundo llamado Raksú, la tierra de oro, era un mundo compuesto por oro, plata y diamantes, y los habitantes eran duendes silvestres y enanos inteligentes. Este mundo hizo que Anúk se contentara aún más, asique creó un tercer mundo, que fue llamado Karck, la tierra de la paz. Este mundo estaba compuesto solo por animales y plantas parlantes, todo esto hizo que El Ser Supremo dejara de sentir su triste y desgraciada soledad, pero no fue suficiente, asique al final terminó construyendo nueve mundos o sistemas, los otros seis se llamaban: Osín (la tierra del amor), Pirsch (la tierra más grande), Flicks (la tierra de los gigantes), Ruckán (la tierra de la democrácia), Filinia (la tierra de los clanes) y la Tierra (la tierra del exilio). Este último mundo fue totalmente aislado de los demás debido a que los primeros habitantes humanos, rompieron el pacto de la obediencia, debido a que se olvidaron de El Ser Supremo y crearon sus propios dioses y fueron impuros y causaban desgracias entre ellos mismos, asique Anuk los castigó a ellos y sus descendecias hasta el final de los tiempos.