Desde el primer momento en que te ví
mi corazón ardía de pasión
no dudé en declararte mi amor
pues mi alma sucumbía sin ti.
Sólo pensaba en tus ojos de esmeralda
y en tu preciosa sonrisa,
los creía de dulce hada
de una belleza única y concisa.
De tu bello rostro quedé prendado
y siete meses transcurrieron de inmenso dolor
hasta que un día, inolvidable aunque nublado,
conseguí admirar tu olor.
Ese aroma, bello como ninguno
me sacó de lleno de mi personal infierno
y me elevó por los aires como efímero humo
en ese día de invierno.
Pues ese diecinueve de febrero
con la tierra y el cielo en plácida armonía
tu uniste tu alma a la mía
y que nuestro amor conoza el mundo entero.
Desde entonces eres mi razón de existir,
mis ansias de querer vivir
no nos separará ni el dios mas severo,
porque, vida mía, te quiero
Todos los derechos pertenecen a su autor. Ha sido publicado en e-Stories.org a solicitud de Fran Escudero Redondo.
Publicado en e-Stories.org el 08.08.2009.
Más de esta categoría "Amor & Romance" (Poemas en español)
Otras obras de Fran Escudero Redondo
¿Le ha gustado este artículo? Entonces eche un vistazo a los siguientes: